El obispo de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge, ordenará como nuevos diáconos a los seminaristas, José María González de las Herranes Weh (Santander, 1971) y a Juan de Cáceres Cabrero (Santander, 1978), durante una misa que se celebrará este sábado 15 de julio, a las 17,00 horas, en la catedral.

Ambos serán en unos meses ordenados sacerdotes tras ejercer durante un tiempo como diáconos en parroquias de la Diócesis.

El primero de los candidatos, José María González, de 46 años de edad, se licenció en Historia, en Salamanca, y después realizó un post-graduado en Archivos, sector donde trabajó varios años.

“Fui educado en una familia y colegio católicos, pero poco a poco me alejé de la fe por las propias circunstancias de mi generación”, precisa.
Sus primeros indicios de la vocación nacieron durante los estudios en Salamanca, cuando entra a formar parte de un grupo de creyentes que dirigían los capuchinos, lo que “supuso un acercamiento a la Iglesia”. Tras regresar a Santander, “sintió la necesidad de prestar algún servicio” que canalizó a través de la Ong Entreculturas (Jesuitas) de ayuda al Tercer Mundo, y más tarde en Intermón Oxfam.

Después “fui percibiendo la llamada de la vocación con un encuentro personal interior con Cristo”, pero antes tuve que “vencer reticencias” porque ya “tenía hecha mi vida de trabajo, de amigos, de familia”. Sin embargo, “decidí responder con un “sí” e ingresé en el Seminario para madurar mi vocación”.

José María González dice que su familia siempre le apoyó en su decisión, y anima a los padres y familias en donde surja una vocación a que apoyen “a ese hijo o a esa hija porque esta opción de vida es una llamada al servicio a los demás que hace plenamente feliz”.

Durante los seis años de formación en el Seminario de Corbán, también ha prestado ayuda pastoral al párroco de Montesclaros y Santa Micaela de Santander (Cazoña).
El nuevo diácono le pide en estos momentos “al Señor que me siga alentando para que sea fiel a esta vocación de servicio que Él me ha dado, a la vez que le doy gracias”.

El segundo seminarista que recibirá el orden sagrado del diaconado será, Juan de Cáceres Cabrero, de 39 años de edad.

Pertenece a una familia católica de origen segoviano y su rama paterna ha estado muy vinculada a la Prensa cántabra; su abuelo fue director durante años del Diario Alerta y su padre, Francisco Ignacio de Cáceres, fue el primer director del centro territorial de Radio Nacional de España en Cantabria, que se fundó a principios de los años setenta.
Juan de Cáceres comenzó a estudiar Derecho, pero más tarde decide dedicarse a la hostelería, sector en el que permaneció diez años al frente de varios negocios.

En este ambiente es donde siente “la llamada de la vocación precedida de un ciclo de interiorización”, y es cuando “decido acercarme a la Iglesia y vivir la fe que me habían transmitido mis padres”. A esto hay que añadir que “tuve un encuentro personal con Cristo”, matizó.

La noticia de su vocación fue muy bien recibida por su familia y por sus cuatro hermanos. Ahora, ante su nueva encomienda, muestra su “agradecimiento al Señor” y desearía ser un pastor que “acompaña a otros en momentos de dificultad, y como ha dicho el Papa Francisco “ofrecer una Iglesia como hospital de Campaña”.

Funciones de un diácono

En la ordenación, los diáconos reciben una gracia sacramental propia y, en comunión con el obispo y el resto de los sacerdotes, sirven al Pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la Palabra y de la caridad.

Igualmente, es oficio propio del diácono administrar el bautismo, reservar y distribuir la Eucaristía, así como asistir al matrimonio y bendecirlo en nombre de la Iglesia.
Asimismo, están conferidos para llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir y exhortar al pueblo; presidir el culto y la oración de los fieles, administrar los sacramentales y presidir el rito de los funerales y sepultura.