Texto para la oración

En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: ‘La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: ‘Paz a esta casa’. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; sino, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario.
No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: ‘Está cerca de vosotros el reino de Dios’Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: ‘Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre’… Él les contestó: ‘No estéis alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo’.  (Lc 10, 1-12, 17-20)

Comentario al texto

El texto de Lucas nos presenta, en este domingo, lo que es la misión de la Iglesia y las actitudes del evangelizador.  Parece que Jesús envía a un buen número de discípulos y les hace ver la tarea ingente que tienen por delante: la mies es abundante.

Seguidamente Lucas, con la mirada puesta en Jesús, subraya su modo de enseñar a los discípulos el modo de evangelizar. Primero señala la importancia del desasimiento: no llevéis…, el evangelio de la libertad no puede ser anunciado por quienes no se sienten libres.  Jesús propone además la radicalidad con que ha de vivir el discípulo: debe ser desinteresado, no se puede pagar un precio por el anuncio del Reino; También les dice que podrán ser rechazados. El cardenal Martini considera el evangelio de Lucas como el evangelio del evangelizador, el evangelio que contesta a la pregunta ¿cómo se forma el evangelizador? En el texto de hoy encontramos la respuesta: Jesús, el Maestro, enseña a los setenta y dos el modo de evangelizar.

Oración con el texto

-Tengo delante una semana para orar con la palabra proclamada este domingo: Leo el texto, profundizo en su comentario y voy desentrañando, día tras día, su rico contenido:

*Soy yo uno de esos discípulos enviados. Primero me acerco y miro con amor la realidad para la que recibo ese envío de Jesús. Y me pongo en camino.

*Me hago consciente de mis actitudes: ¿qué busco como evangelizador? ¿Estoy desprendido, soy libre? No llevéis talega…

*¿Voy como constructor de paz? Paz a esta casa, a este corazón que necesita consuelo, a esta familia, a esta comunidad, a este pueblo… *¿Soy consciente de que el tesoro más importante que llevo en mis manos es el anuncio del Reino? No es mi palabra, es la Buena Noticia de Jesús: Está cerca de vosotros el Reino de Dios.

*¿Entiendo que la alegría de ser evangelizador está no en lo que yo pueda realizar, sino en haber sido elegido para anunciar el mensaje? Estad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo

 

  • Durante la semana profundizo en la Palabra que la liturgia me ha regalado y me dispongo a hacer el camino que Jesús ha soñado para mí. Y si tú lo quieres, Señor, que pueda ayudar también a otros a caminar. AMEN

 

En el año de la Misericordia

En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo hoy!

(Papa Francisco. Misericordiae vultus. 15)