III DOMINGO DE ADVIENTO (Domingo, 17 de diciembre)

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Santa teresa expresa en estos versos la fuerte tensión en la búsqueda del Amado. El evangelio que hoy proclamamos afirma con certeza: en medio de vosotros está. Jesús tiene su aposento en las criaturas y ahí hemos de buscarle:
Si estáis Amado mío en las alturas.
Dadme alas con que suba a donde estáis
…………………..
Si tenéis aposento en las criaturas
Mostradme en cuáles de ellas reposáis,
¿Dónde está vuestro aposento, amor suave?
Porque sin Vos el mundo no me sabe. Poesía 32

► Escuchar y acoger la Palabra
Surgió un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan; este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: ‘¿Tú quién eres?’ El confesó sin reservas; ‘Yo no soy el Mesías’. Le preguntaron: ‘¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?’. Él dijo: ‘No lo soy’. ‘¿Eres tú el profeta?’. Respondió: ‘No’ ’ le dijeron: ‘¿Quién eres? para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo? Él contestó: ‘Yo soy la voz que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías’. Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: ‘Entonces, ¿por qué bautizas si no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?’. Juan les respondió: ‘Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia’. Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando. (Jn 1 6-8. 19-28)

► Iluminar la Palabra
Celebramos el Domingo, llamado de gozo, porque el anuncio de su venido es una promesa de liberación y de vida nueva y renovada, como dice el texto de Isaías: El Señor me ha ungido, me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres, para curar los corazones desgarrados, proclamar la amnistía a los cautivos y a los prisioneros la libertad: para proclamar un año de gracia del Señor. Él está cerca, él está ahí ya, en medio de nosotros, como luz. Él cumplirá su promesa, por eso estad siempre alegres, escribe Pablo en su carta a los cristianos de Tesalónica. Como vemos son todo palabras de esperanza, de gozo y alegría. Nosotros somos los destinatarios de esta promesa de liberación. El evangelio de Juan anuncia el cumplimiento de esas promesas: En medio de vosotros está.
La llamada que estamos continuamente escuchando estos domingos y que hoy se hace apremiante, es una llamada a la conversión. Comienza a escucharse en el desierto como leíamos el segundo domingo, y hoy, de nuevo Juan, el enviado como testigo, vuelve a hacernos esta invitación porque él, el Mesías, está ya en medio de nosotros.

► Orar y contemplar la Palabra
Comienza un tiempo nuevo. Se acerca Dios, invitando a todos a compartir la gran fiesta en torno a su mesa.
-¿Cómo soy yo testigo hoy de este anuncio, de esta buena noticia, testigo de la luz?
-¿Me siento, como Jesús, enviado a curar a los que sufren injusticia, a los empobrecidos por causa de la avaricia de otros, a liberar a los que están esclavizados por su propio egoísmo…?

►Actuar desde la Palabra
Quisiera comprometerme con Jesús a liberar las esclavitudes de aquellos que me rodean y que necesitan una palabra de aliento y de estímulo: el Señor está ya en medio de nosotros.