DOMINGO 29º DEL TIEMPO ORDINARIO (21 de octubre)

65

Leer y acoger la Palabra

En aquel tempo, se acercaron a Jesús los hijos del Zebedeo, Santiago y Juan y dijeron: ’Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir’. Les preguntó: ‘¿Qué queréis que haga por vosotros?’. Y ellos le dijeron: ‘Concédenos sentarnos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda’. Jesús les replicó: ‘¡No sabéis lo que pedís! ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?’. Ellos contestaron: ‘¡Lo somos!’. Jesús les dijo: ‘El cáliz que yo voy a beber, lo beberéis os bautizaréis con el bautismo que yo me voy a bautizar; pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado’. Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: ‘Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino a servir y a dar su vida en rescate de todos. (Mc 10, 35-45)

Meditar la Palabra

Con este texto evangélico Marcos cierra el ciclo de los tres temas catequéticos que propone para la reflexión cristiana. Hoy nos presenta el tema del poder: autoridad/servicio. Nos presenta a Jesús como modelo de vida: el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos. La comunidad de discípulos sólo fructifica cuando cada uno de sus componentes no pretende sobresalir por encima de los demás: concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, dicen los Zebedeos. Pero Jesús los ofrece otro modo de estar en la comunidad: ¿Podéis beber el cáliz? Es una invitación a entregar la vida a fondo, a favor de todos.

Contemplar y orar la Palabra

Hoy es un día para pensar en ese contraste: Entre hacer del YO el centro de todo, o “descentrarme” para valorar lo de los otros. Entre vivir desde la búsqueda de lo mejor para uno mismo o vivir desde la búsqueda de lo bueno para todos. El servicio se convierte en ley de la comunidad cristiana.
“No os pido más que le miréis” nos invita Santa Teresa, porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir…

Puedo preguntarme, delante de Jesús: En mi vida, ¿dónde me encuentro?

-Puedo terminar orando

Sencillo quiero ser como Tú eres.
El alma transparente como el día.
La voz sin falsear y la mirada
profunda como el mar, pero serena.

No herir, pero inquietar a cada humano
que acuda a preguntarme por tus señas.
Amar, amar, amar, darme a mí mismo
de balde cada día y sin respuesta.

Ser puente y no llegada, ser camino
que se anda y que se olvida, ser ventana
al campo de tus ojos y quererte.

Descanso quiero ser, vaso de vino
de Dios para los hombres cuando vengan
con polvo sobre el alma, de buscarte.

Valentín Arteaga
(En Peregrinar por dentro y por fuera)