El obispo de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge, oficiará este próximo lunes, día 2 de noviembre, conmemoración de Todos los Fieles Difuntos un funeral a las 10,30 de la mañana en el cementerio de Ciriego en sufragio por las almas de este campo santo de Santander y después rezará un responso en el Panteón de Hombres Ilustres de Cantabria.

Ese mismo día, a las 18,30 horas, también celebrará en la Catedral, un funeral por los obispos fallecidos que fueron pastores de la Diócesis de Santander, algunos de los cuales están enterrados en el interior del templo catedralicio.

Concluida la celebración se rezará en el claustro un responso en memoria de las víctimas de la explosión del buque “Machichaco”, suceso trágico que aconteció el 3 de noviembre de 1893.

Obispo ante Todos los Santos

Con motivo de la fiesta de Todos los Santos (día 1) el Obispo de Santander, monseñor Manuel Sánchez Monge, ha destacado que esta jornada sirve para recordar a aquellos que nos “han precedido en la fe y que ya gozan de la visión de Dios”.

Mons. Sánchez añade que en el cielo «tenemos a muchas personas que hemos conocido en la tierra, entre ellos pueden ya estar nuestros seres queridos o gente que pasaron haciendo el bien» durante su peregrinaron por la tierra.

Respecto al Dia de los Fieles Difuntos (día 2), Mons. Sánchez Monge, apunta que no se trata «sólo de un día de nostalgia o de un recuerdo», sino que es una jornada para orar “por nuestros difuntos”, y recuerda que nuestro destino «es acabar en los brazos de Dios Padre».

Igualmente destaca que las visitas a los cementerios no «tengan un matiz de tristeza, sino de esperanza».

Indulgencia plenaria por los difuntos.

La Iglesia establece que los cristianos que visiten devotamente un cementerio entre el 1 y el 8 de noviembre y recen, aunque sólo sea mentalmente por los difuntos, la Iglesia concede una indulgencia plenaria que se puede aplicar por las almas de fieles ya fallecidos. 

La catedral de Santander también está considerara como cementerio, puesto que, en su interior, están inhumados los restos mortales de algunos de los que fueron obispos de la Diócesis.

Además, este año, como consecuencia del COVID-19, Roma ha extendido las indulgencias para los difuntos a todo el mes de noviembre, según decretó la Penitenciaría Apostólica del Vaticano.

En el citado Decreto se lee que, debido a las circunstancias ocasionadas por la pandemia de la COVID-19, las indulgencias plenarias para los fieles fallecidos “se prorrogarán durante todo el mes de noviembre, con la adecuación para ello de las obras y condiciones para garantizar la seguridad de los fieles”.

La Penitenciaría Apostólica explicó que ha recibido muchas peticiones de pastores solicitando que este año, debido a la emergencia sanitaria del coronavirus, “se conmutaran las obras piadosas para obtener las indulgencias plenarias aplicables a las almas del purgatorio, según el Manual de Indulgencias (conc. 29, § 1)”.

Por este motivo y por mandato especial del Papa Francisco, el Dicasterio “establece de muy buen grado y decide que este año, para evitar las aglomeraciones donde están prohibidas”, que “la indulgencia plenaria para los que visiten un cementerio y recen por los difuntos, aunque solo sea mentalmente” será ampliada “a otros días del mismo mes de noviembre hasta que éste acabe”.

Ancianos y enfermos

Por otro lado, los ancianos, los enfermos y todos aquellos que por motivos graves no puedan salir de casa, por ejemplo a causa de las restricciones impuestas por la autoridad competente para el tiempo de la pandemia, y para evitar que numerosos fieles se aglomeren en los lugares sagrados, “podrán obtener la indulgencia plenaria siempre que se unan espiritualmente a todos los demás fieles.

Esta acción debe realizrse con un “sentimiento de desapego del pecado y con la intención de cumplir cuanto antes las tres condiciones habituales para obtener la Indulgencia y que son la confesión sacramental, la comunión eucarística y la oración por las intenciones del Santo Padre”.

Para ello servirá ponerse ante una imagen de Jesús o de la Santísima Virgen María y rezar oraciones piadosas por los difuntos, por ejemplo, laudes y vísperas del Oficio de Difuntos; el rosario mariano, la corona de la Divina Misericordia, u otras oraciones por los difuntos más apreciadas por los fieles.

También servirá dedicarse a la lectura meditada de alguno de los pasajes del Evangelio propuestos por la liturgia de los difuntos, o “realizar una obra de misericordia ofreciendo a Dios los dolores y las dificultades de su propia vida”.

Asimismo, para facilitar la obtención de la gracia divina por medio de la caridad pastoral, la Penitenciaría pide “a todos los sacerdotes con facultades adecuadas que se ofrezcan con particular generosidad a la celebración del sacramento de la Penitencia y administren la santa comunión a los enfermos”.