En la mañana de hoy, 10 de mayo, fiesta de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español, se han celebrado los aniversarios de ordenación sacerdotal que tradicionalmente se conocen como bodas de plata (25 años), de oro (50 años) y diamante (60 años).

Este año con la peculiaridad de que se han celebrado las del presente y la del año de la pandemia, ya que fue imposible el reunirse el clero junto a los sacerdotes homenajeados.

Aunque el marco habitual de esta celebración suele ser el Seminario de Corbán, en cuyo comedor tras la Misa se comparte la mesa fraterna, en esta ocasión por problemas de aforo se escogió la Catedral para evitar estos problemas.

En las cifras también se pueden observar los ciclos diversos vividos en la Iglesia, con el boom vocacional de la post-guerra que todavía colea en los que han celebrado sus bodas de diamante: 12 del 2020 y 6 del 2021. Un número que baja drásticamente en los que han celebrado sus bodas de oro: 5 del 2020 y 4 del 2021. Y que consigue mantenerse en los que han celebrado sus bodas de plata: 4 del 2020 y 4 del 2021.

Nuestro Obispo, D. Manuel, que estuvo acompañado del P. Manuel, obispo de Palencia y que fuera vicario general de la Diócesis tantos años en Santander, quiso en lugar de una predicación al uso, ofrecer una reflexión de los motivos que propician la perseverancia en la vocación. De este modo, quiso alentar a todos los sacerdotes a vivir una vida fuertemente enraizada en la oración y en el cuidado de la dirección espiritual, de la celebración de los sacramentos… separada del activismo y descubriendo en cada persona la «diócesis suficiente para un Obispo» como recordó citando palabras de San Francisco de Sales.

Quiso por todo ello agradecer a todos los sacerdotes homenajeados su servicio fiel y perseverante en favor del pueblo de Dios… y quiso además dar las gracias a quienes han cuidado y estado cerca de cada uno de ellos.