“Os pido de corazón que me acojáis como un santanderino más, que lo soy, y también como un cántabro más. Esta es mi tierra y vosotros sois mi gente y mis hermanos y a vosotros quiero amar y servir hasta el extremo”. De esta forma comenzaba nuestro Obispo, D. Arturo Ros su homilía en la Eucaristía del día de los Santos Mártires, patronos de la Diócesis y de la ciudad de Santander.

Los actos religiosos de esta festividad comenzaron en la jornada previa, el jueves 29 de agosto con el traslado de las reliquias de San Emeterio y San Celedonio desde la parroquia del Santísimo Cristo, anexa a la catedral, hasta esta. Una tradición que cientos de personas siguieron un año más y tras la cual se celebraron las Vísperas.

“Que su ejemplo y su total entrega nos animen al testimonio y a la fidelidad; a no tener miedo a confesar con el corazón y con los labios el nombre de Jesús. A no tener miedo a vivir la fe y a sembrar semillas de vida; a ser verdaderos profetas que anuncian buenas noticias y denuncian las injusticias y los atropellos a la vida, a la dignidad, a la libertad, a la verdad”. Así nos animaba D. Arturo a trasladar a nuestras vidas y a nuestra forma de actuar el ejemplo de los Santos Mártires.

Una jornada que nos invita a conocer ejemplos de vida como los suyos y que nos ayuda a mantenernos fuertes en la fe y a ser testigos de ella mediante nuestra actitud en la vida.