El pasado 28 de marzo, un terremoto de magnitud 7,7 sacudió el centro de Myanmar, causando una tragedia sin precedentes en el país. El epicentro se localizó cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande, afectando gravemente a seis regiones: Sagaing, Mandalay, Magway, Shan, Bago y Naypyidaw.
Impacto en las personas
El balance oficial reporta al menos 3.564 muertes, con 5.012 heridos y 210 desaparecidos. Sin embargo, organizaciones humanitarias y medios internacionales sugieren que las cifras reales podrían ser aún mayores, debido a las dificultades de acceso a las zonas más afectadas. La tragedia ha tenido un impacto especialmente severo en la infancia, con miles de niños sin hogar, acceso a agua potable, atención médica ni educación. Las condiciones climáticas extremas y la presencia de mosquitos aumentan los riesgos de enfermedades como el dengue y la malaria.
Daños Materiales
La infraestructura del país ha sufrido daños significativos. Se han colapsado más de 17.600 viviendas, 280 edificios religiosos y 43 infraestructuras viales y puentes. Además, hospitales y escuelas han quedado inutilizados, exacerbando las necesidades básicas de la población afectada.
Respuesta Internacional
La comunidad internacional ha respondido con ayuda humanitaria. China ha comprometido 1.000 millones de yuanes (aproximadamente 137 millones de dólares) en asistencia, incluyendo alimentos, suministros médicos y viviendas temporales. Además, ha desplegado más de 30 equipos de rescate, que finalizaron sus operaciones el miércoles 9 de abril tras cumplir su misión.
India ha lanzado la «Operación Brahma», enviando equipos de rescate y médicos para brindar atención urgente a los afectados. La Unión Europea ha anunciado 2,5 millones de euros en ayuda para Birmania, destinados a aliviar las necesidades inmediatas de los afectados. Además, ha activado el satélite Copernicus para evaluar los daños y coordinar la asistencia.
Desafíos en la Ayuda Humanitaria: Presencia de Cáritas Española
La entrega de ayuda se ve obstaculizada por las restricciones de acceso en áreas controladas por grupos de oposición y la inestabilidad política tras el golpe de Estado de 2021. A pesar de los esfuerzos internacionales, la magnitud de la crisis supera la capacidad de respuesta actual, dejando a millones de personas en necesidad de asistencia urgente.
La situación en Myanmar es crítica. Se requieren esfuerzos coordinados y recursos adicionales para abordar las necesidades inmediatas y apoyar la recuperación a largo plazo de las comunidades afectadas.
En este sentido, Cáritas Española ha lanzado una campaña de ayuda para la zona afectada por el terremoto. Las mencionadas dificultades de acceso con recursos humanitarios, obligan a las organizaciones a recaudar directamente dinero para poder enviarlo al país y, así, poder atender las necesidades más urgentes de la población.
A continuación, les ofrecemos la información relativa a las formas de colaboración que Cáritas Diocesana de Santander pone a nuestra disposición. Los donativos ofrecidos a Cáritas se convierten siempre en ayuda efectiva. Tenemos ejemplos cercanos con la dana de Valencia o el volcán de La Palma. Cáritas ha estado siempre, está y estará presente y apoyando las emergencias nacionales e internacionales y, sobre todo, a las personas.