*Galería fotográfica al final de este artículo*
Las condiciones meteorológicas no consiguieron deslucir el Solemne Via Crucis. A pesar del cambio de recorrido de última hora a causa de la lluvia, este se pudo realizar en el claustro y en la SIB catedral de Santander. Cientos de personas acompañaron a Jesús y a María en su camino al calvario. Un recorrido de recogimiento, de oración y de fe, acompañado por representantes de las cofradías y hermandades de la ciudad. Y una preparación para lo que vamos a vivir en esta Semana Santa.
El Vía Crucis, también conocido como el «Camino de la Cruz», conmemora los momentos más significativos del camino que recorrió Jesucristo desde su condena a muerte hasta su crucifixión y sepultura. Durante la Semana Santa el Vía Crucis cobra una relevancia especial para los cristianos, ya que nos permite meditar y acompañar espiritualmente a Jesús en su sufrimiento. A través de oraciones, lecturas bíblicas y reflexiones en cada estación, los fieles buscamos identificarnos con el sacrificio de Cristo, recordando su amor, entrega y redención por la humanidad.
La emoción y la devoción se respiraron en el templo durante todo el recorrido. La belleza del paso, cargado por los costaleros, las miradas de los fieles y ese recogimiento propio del momento, además de los silencios y la reflexión, fueron solo algunos de los atractivos más considerables de este Via Crucis. Vivamos la Semana Santa con este sentimiento de recogimiento y tratemos de acercarnos a la experiencia de Cristo para poder sentir ese amor infinito que Él siente por nosotros.