En el arte de la homilética, indudablemente Benedicto XVI ha sido un extraordinario modelo. El gran bagaje de su pontificado pasa por su ministerio de predicación que, con tanta fidelidad y cuidado, ha realizado en los años en que estuvo en la sede de Pedro.

Las homilías han sido escritas en buena parte de puño y letra; algunas pronunciadas improvisando con la inmediatez de la lengua hablada. Pero siempre pensadas y preparadas con extremo cuidado, porque para él tenían un valor único, distinto a todas las demás palabras escritas o expresadas.

Ellas mimas, de hecho, son parte de la acción litúrgica; más aún son liturgia: esa “liturgia cósmica” -como él la definía- de su misión apostólica, «cuando el mundo en su conjunto llegue a ser liturgia de Dios, adoración, y entonces estará sano y salvo».

Y es que, hay mucho de San Agustín en esta visión de Ratzinger: está la ciudad de Dios en el cielo y la tierra, están lo temporal y lo eterno. En la misa, Su Santidad era capaz ver «la imagen y la sombra de las realidades celestes» (Heb 8,5). Sus homilías tienen la tarea de quitar el velo del misterio que se celebra.

La mayor parte de ellas han sido pronunciadas durante la misa, después de la proclamación del Evangelio. Pero hay también algunas enunciadas en las vísperas, antes del cántico evangélico del Magnificat.

Los lugares son muy variados, en Italia y en el extranjero, en pueblos y ciudades.

Se han recogido también algunas de esas pequeñas joyas de homilética menor, sobre las lecturas de las misas del día, que el papa emérito ofrecía a los fieles y al mundo el domingo al mediodía antes del Angelus o en el tiempo pascual: para más señas, antes del Regina Caeli.

Han pasado varios años desde que Benedicto XVI accediera a la sede pontificia y todavía sigue conmoviendo su renuncia, la cual aumenta la importancia e interés de esta publicación puesto que es ya un magisterio completo y cerrado.

Este ya largo período nos ha prestado la ocasión de recoger todas las homilías de manera que se vayan conformando de modo muy rico los tres ciclos litúrgicos en sucesivas publicaciones.

En este ciclo hay bastantes domingos en los que no se pueden recoger predicaciones de Benedicto XVI. Para aquellos domingos en que la predicación no tenía lugar en marco litúrgico, el papa mismo se ocupaba de suplir esa carencia con sus breves y jugosas intervenciones con ocasión del rezo del Ángelus o de las antífonas marianas y cristológicas.

Por ese motivo han sido reunidas aquí las que recogen referencia expresa del papa emérito a los textos litúrgicos de la misa dominical.

Además, la edición española respecto de algunas existentes en otras lenguas, está mucho más enriquecida por cuanto completa el tiempo de pontificado transcurrido (y ya cerrado). A modo de ejemplo, la editorial milanesa Libri Scheiwiller ha publicado tres ciclos, pero muy incompletos en relación a la presente edición: Omelie. L´anno liturgico narrato de Joseph Ratzinger, papa Benedetto XVI (Sandro Magister, 280 páginas); Omelie dell´anno liturgico 2009 Benedetto XVI, mismo autor, 398 páginas. Y el último, el del Ciclo B, con un máximo de 420 folios.

Asimismo, el abanico de homilías pronunciadas y recogidas es también mucho mayor. Y todo gracias a la persona a la que han confiado esta tarea (y los otros títulos, el del Ciclo A y el C): D. Pablo Cervera Barranco.

Sacerdote de la archidiócesis de Madrid, hizo sus estudios en Toledo y en Roma. Es doctor en Teología por la Universidad Gregoriana, licenciado en Filosofía por la Universidad Santo Tomás y diplomado en Vida Religiosa por la Universidad de Letrán.

Ha desempeñado tareas docentes en el ámbito de la Eclesiología, la Mariología y la Doctrina Social de la Iglesia, y sus tareas pastorales y publicaciones se mueven en el ámbito universitario. Director de Pastoral de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU, es autor entre otros libros, del Rosario para el Tercer Milenio, La belleza de la fe y Via Crucis con los santos. Editor y traductor de muchos otros textos -como no podía ser de otra manera- de las Obras Completas de Joseph Ratzinger; publicadas en la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC) de la que fue director.

Actualmente, lo es de la popular publicación mensual Magníficat. Cargo que compagina con sus colaboraciones en el blog digital Religión en Libertad (ReL) y sus intervenciones -ampliamente seguidas, por cierto- en las redes sociales. De las cuales, su favorita y con más adeptos es Facebook.

Precisamente, unos días atrás en la biografía de su perfil, anunciaba la esperada salida de este manuscrito y lo hacía con su cordial y personal estilo: «Con gran satisfacción os presento este volumen con el que culmino la publicación de todas las homilías de Benedicto XVI durante su pontificado.

Este libro recoge el ciclo B del Año litúrgico que comenzaremos con el próximo tiempo de Adviento.

«Si tu párroco [u obispo] es un rollo predicando regálale este libro» (fue el provocativo titular que dieron en una web el año pasado al dar noticia del volumen dedicado al ciclo A…). Más allá de la broma, el libro es un gran regalo para todos».

Casi a la altura de la gran admiración que tiene por Benedicto, quienes trabajan y colaboran con él, destacan -y disfrutan- de su gran sentido del humor: sencillo, directo e inteligente. En alegre sintonía con su forma de ser y darse a los demás que, a los pocos minutos de estar con él, perciben quienes contactan por primera vez o son sus compañeros de letras -y de ministerio- por tantos años.

Y así lo registraban en el editorial de Religión en Libertad del pasado año con ocasión del lanzamiento del segundo volumen; de esta forma él mismo se refería en la red social: «(…) Cuando una diócesis o una Conferencia Episcopal encarga sondeos y encuestas a los feligreses que acuden a misa preguntando qué cambiarían en las parroquias, la respuesta, sea en Europa o en América es: las homilías.

Hay un consenso claro acerca de que las homilías y sermones en las parroquias católicas de ambos hemisferios suelen ser aburridas, repetitivas, vacías de contenido y, en general, no están preparadas ni trabajadas. Por supuesto, quejarse del párroco es más fácil que ayudar con la solución. Una probable mejoría, y una acción constructiva, sería regalarle -quizá de parte de la parroquia- las homilías de Benedicto XVI, que están clasificadas según el Año Litúrgico. Si un párroco no puede prepararse las homilías, siempre puede usar o adaptar las de un auténtico maestro como es el Papa emérito (…)»

En cualquier caso, desde aquí, desde la Librería de nuestra diócesis, la Librería de Pastoral, animamos a adentrarnos en esta obra (y en las que completan los ciclos) a TODOS los que admiramos a Benedicto XVI y el constante buen trabajo de D. Pablo Cervera Barranco.*

Fuentes: Los tipos iconográficos de la tradición cristiana 3. Los Ángeles II. Solicitud de los Espíritus celestes, Rafael García Mahíques (Encuentro, 2017) / G. Wurm GmbH + Co. KG / Graça Ramos-Baldus / Google Maps / Encyclopedia Britannica (2016)