DOMINGO 1º DE CUARESMA (5 de marzo)

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Acabamos de comenzar la Cuaresma con la celebración del miércoles de ceniza. Acogemos la invitación que nos hace el Papa Francisco: La Cuaresma es un nuevo comienzo, un camino que nos lleva a un destino seguro: la Pascua de Resurrección, la victoria de Cristo sobre la muerte. El Señor –que en los cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador- nos muestra el camino a seguir. Qué el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios.

►Escuchar y acoger la Palabra
En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. El tentador se le acercó y le dijo: ‘Si eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes’. Pero él le contestó diciendo: ‘Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino también de cualquier palabra que sale de la boca de Dios’. Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y le dice: ‘Si eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque está escrito: ‘Ha dado órdenes a los ángeles acerca de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras’. Jesús le dijo: También está escrito: ‘No tentarás al Señor tu Dios’. De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y su gloria, le dijo: ‘Todo esto te daré, si te postras y me adoras’. Entonces le dijo Jesús: ‘Vete Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo darás culto’. Entonces lo dejó el diablo; y he aquí que se acercaron los ángeles y le servían. (Mt 4, 1-11)

►Pensar la Palabra
El desierto es ante todo un lugar privilegiado de encuentro personal y de escucha de la Palabra. María Dolores Aleixandre comentando este texto escribe: “En la escena de las tentaciones vemos a Jesús reaccionando lo mismo que a lo largo de toda su vida, aferrado y adherido afectivamente a lo que va descubriendo como el querer de su Padre: la vida abundante de los que ha venido a buscar y salvar. No ha venido a preocuparse de su propio pan, sino de preparar una mesa en la que todos puedan sentarse a comer. No ha venido a que le lleven en volandas los ángeles, a acaparar fama y «hacerse un nombre», sino a dar a conocer el nombre del Padre y a llevar sobre sus hombros a los perdidos, como lleva un pastor a la oveja extraviada. No ha venido a poseer, a dominar o a ser el centro, sino a servir y dar la vida”

►Orar y contemplar la Palabra
-Prepara este momento de oración: con la imaginación o, de hecho, vete a un lugar que te pueda evocar el desierto. Haz silencio… entra en la escena y acércate a los sentimientos de Jesús: sintió hambre, y sintió en todo su ser la provocación de la tentación.
-Déjate conducir por el Espíritu a ese lugar del encuentro personal y escucha la Palabra, que hoy te es dirigida a ti.
– Pide que se graben en ti las señales inequívocas del cristiano, del seguidor de Jesús: vivir de la Palabra que sale de la boca de Dios, no buscar los privilegios de grupo… adorar a Dios en espíritu y verdad.
– Presenta tu deseo: Quiero, con Jesús, preparar la mesa para todos, quiero dar a conocer el nombre del Padre, vivir su misericordia.
– Pido seguir a Jesús: Yo tampoco he venido a poseer y dominar, sino a servir y dar la vida.

►Actuar desde la Palabra
Compromete tu vida desde la Palabra. Puedes proponerte, durante este tiempo, ser fiel a la lectura del evangelio de cada domingo. Repasarlo en la semana, hacer de ello tu vida. El Papa Francisco nos invita a pedir en esta Cuaresma: Qué el Espíritu Santo nos guíe a realizar un verdadero camino de conversión, para redescubrir el don de la Palabra de Dios.