Las primeras reflexiones de Omar César Albado en la presentación de este nuevo libro de Rafael Luciani en PPC rememoran lo acontecido el 13 de marzo de 2013, cuando en el balcón de la plaza de San Pedro se anunciaba que el nuevo papa se llamaba Francisco y que había venido del fin del mundo.

En aquel momento la Iglesia supo que un nuevo tiempo se avecinaba para ella. Lo supo intuitivamente, pues no se puede saber mucho de una persona en cinco minutos. Porque fueron cinco minutos los que Francisco estuvo en el balcón. Y en ese lapso contempló a la multitud entre la sorpresa y la conmoción, la saludó con un cordial «buenas tardes» y le pidió, humildemente, su bendición. Fue suficiente.

La intuición del mundo reunido real y virtualmente en la plaza reconoció que estábamos ante un papa distinto.

Alguien que en sus primeros gestos traía implícita una novedad que muchos anhelábamos y ya creíamos casi imposible de lograr. Poco a poco se fue conociendo que detrás de Francisco había una teología con sabor regional, cocida al calor de un pensamiento que se atrevió a darle entidad a la religiosidad del pueblo como parte integrante de la virtud y de la cultura popular como un modo de vivir la fe con sus propias particularidades.

Argentina ha ido forjando una de sus principales corrientes de pensamiento en cercanía con los más pobres y en el intento de que la Iglesia incluya en su evangelización la preocupación por llegar a una gran mayoría que no participa de las estructuras eclesiales. Esa corriente teológica hoy la conocemos con el nombre de teología del pueblo. Lucio Gera, Rafael Tello y Juan Carlos Scannone son las personas que se mencionan con mayor frecuencia como aquellas que contribuyeron intensamente en la formación de ese pensamiento, aunque sin duda no son las únicas. Bergoglio conoce estas corrientes y a estos hombres y hace suyas las conclusiones teológicas en su acción pastoral cuando es arzobispo de Buenos Aires y las consolida en su ministerio papal.

Precisamente, Rafael Luciani propone remontarnos hacia las fuentes en las que bebe Francisco para comprender las principales actitudes que marcan su papado.

Con certeza inscribe su acción no solo en el contexto argentino, sino en su íntima conexión con el pensamiento latinoamericano, vinculado de modo estrecho con las opciones por la liberación en sus diversas y amplias manifestaciones.
Es importante señalar la relación que existe entre la teología de la liberación y la teología del pueblo, y destacar que sus matices convergen en la complementariedad y no en la confrontación.

No obstante, Luciani no pretende hacer solamente una presentación histórica de las raíces del pensamiento de Francisco, sino que ofrece los lineamientos principales de lo que él llama su «geopolítica pastoral».

En el magisterio del papa es posible encontrar una invitación a incidir en las realidades eclesiales y sociales no solo de modo superficial, sino en lo profundo, favoreciendo un cambio de paradigma cultural que nos permita renovar un encuentro personal con Jesucristo y con el prójimo. Especialmente con los más desfavorecidos. En este sentido, Luciani puede sostener con claridad que, desde la reflexión y la acción de nuestro papa, «sanar la época significa, más que nunca, conectar de nuevo con el mundo de vida de los pobres, de los despreciados y excluidos, de los que no tienen espacio en la sociedad, de los que no tienen futuro, en fin, de todos aquellos que se encuentran fuera de cualquier sistema, sin posibilidad de tener posibilidades, desde el económico y político hasta el religioso y eclesial. Es aquí donde se plantea la necesidad de repensar hoy la opción por los pobres desde la defensa de los pueblos y sus culturas, en fin, desde el lugar sociocultural, y emprender un camino de respuesta a los nuevos signos de los tiempos de nuestra época mundial».

En resumen, para comprender la opción teológico-pastoral del papa Francisco hay que adentrarse en la teología de la liberación y en el modo en que ésta fue recibida en Argentina.

El sucesor de Pedro ofrece un discernimiento de los estilos de vida en esta época global marcada por la indiferencia y el desprecio hacia los marginados por parte de los “poderosos”. Y esto exige superar la «cultura eclesial», que lleva a una religión privada y pretende vivir y propagar un cristianismo SIN Evangelio que no conecta con el mundo de vida de los pobres…

Su propuesta trata de recuperar la primacía de lo verdaderamente cristiano, de «vivir a fondo lo humano» (Evangelii gaudium 75) y recordar que el futuro del creyente cristiano se revela en la praxis de Jesús.

Siempre es bueno tener entre manos un libro que ayude a conocer los orígenes de este pensamiento y reconocer nuestras verdaderas metas. En nuestra constante tarea de COLABORACIÓN y SERVICIO, la Librería de nuestra diócesis, la Librería de Pastoral, al mismo tiempo intenta proyectar y difundir estas líneas de transformación del futuro del que nosotros mismos, somos actores reales.

* Fuentes: PPC / Rafael Luciani (twitter oficial: @rafluciani) / ABC
LIBRERÍA DE PASTORAL – DIÓCESIS DE SANTANDER (LPS)