El Seminario Diocesano de Corbán y el Ateneo de Santander, acogieron este martes 15, en sendos actos, la presentación del libro “Amoris Officium” (tarea, oficio de amor) con el que la Diócesis de Santander ha querido rendir un homenaje al anterior obispo de la Iglesia cántabra y de Mena, Mons. Vicente Jiménez Zamora.

La obra recoge las Cartas pastorales, escritos y pregones que D. Vicente publicó durante su gobierno como obispo de Santander, que medió siete años, entre el 9 de septiembre 2007 y el 18 de diciembre de 2014.

Por la mañana, la presentación fue en el Seminario de Corbán, durante un acto que presidió el actual Obispo de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge.

Al encuentro acudieron numerosos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos que con su presencia desearon mostrar su gratitud y cariño hacia D. Vicente, que desde hace un año preside la Archidiócesis de Zaragoza.

El programa se inició con una Eucaristía que se celebró a las 12 y que fue concelebrada por los dos obispos. Tras esto, tuvo lugar la presentación del libro-homenaje, en un salón de actos repleto.

D. Vicente Jiménez, recibió numerosos saludos durante su estancia en el Seminario del que dijo que había sido una preferencia pastoral suya durante su estancia en la Diócesis.

El acto fue presidido por Mons. Manuel Sánchez Monge, al que une una larga amistad con D. Vicente Jiménez y que se remonta a cuando eran vicarios de Palencia y de Soria, respectivamente.

En la presentación del libro también se halló el Vicario General de la Diócesis de Santander, el padre agustino Manuel Herrero Fernández, persona que ha coordinado eficazmente la elaboración y montaje del libro, “Amoris Officium” (oficio, tarea de Amor).
Nuestro obispo, dijo que en sus escritos D. Vicente “habla y escribe como quien conoce y trata al Buen Pastor, por eso redacta con convencimiento y pasión y habla, por ello, de Aquel a quien conoce y ama”, que es el Señor. Sus obras, pues, “respiran amor de Dios y amor a los hombres, sus hermanos”.

Amoris Officium

Nuestro obispo también destacó que el título de este libro, “Amoris Officium”, era el lema episcopal de D. Vicente. Se trata de una frase de San Agustín de Hipona (S. 354-430) y con las que este santo definió el ministerio episcopal y el ministerio sacerdotal, porque “el oficio, el ministerio del obispo es cuestión de amor”, apostilló Mons. Sánchez.

Sobre el estilo y redacción de D. Vicente Jiménez, Mons. Sánchez dijo que se “notaba que dominaba la lengua de Santa Teresa y de Cervantes y “escoge la palabra necesaria en el momento oportuno”.

Igualmente, destacó sus aportaciones a la Pastoral Penitenciaria en la Conferencia Episcopal, de cuya área pastoral D. Vicente fue responsable durante varios años.

Al respecto D. Manuel dijo que había influido en cambiar hacia el preso el enfoque de “la justicia retributiva a la justicia restauradora, la cual busca la reconciliación y restauración de la persona y de llevar la paz y la serenidad de Cristo resucitado”.

Intervención Arzobispo Zaragoza

Mons. Vicente Jiménez Zamora dejó claro en palabras y gestos su cariño a la Diócesis de Santander de la que dijo “que también era su tierra, y nada vuestro me es ajeno”, remachó. Por ello resaltó ante el auditórium la frase que oyó siendo niño, “Honra a los que honor te hacen”.

Igualmente, recordó que la gratitud es “el perfume de la memoria del corazón”. No pasó por alto su vida pastoral, al decir que “Dios me ha llamado como a Abraham para estar en permanente salida”. Ágreda, Osma-Soria, Cantabria y Mena y ahora Zaragoza han sido parte de su misión y recuerdo pastoral.

Evocó que en la Diócesis cántabra realizó su lema episcopal “Oficio de Amor”, un oficio “de amor que pastorea a la grey del Señor”. Durante siete años he sido “cristiano con vosotros y obispo para vosotros”, remachó.

D. Vicente recordó finalmente el acontecimiento para la vida de la Iglesia del Año Jubilar de la Misericordia que se ha abierto el domingo pasado en todas las diócesis y destacó que las tierras de Zaragoza y de Cantabria estaban unidas por vínculos históricos y de fe, y mencionó el nexo que realiza el río Ebro.