Celebran hoy los periodistas (antiguos plumillas), tanto los más fervorosos como los menos, la festividad de su insigne y santo patrón, el gran Francisco de Sales (Saboya, 1567 – Lyon 1622), el intelectual del Amor Divino y el fundador de periodismo tal como hoy lo conocemos. Su patrocinio es más actual teniendo en cuenta la evolución digital de la profesión, que supone un cambio en la materia y en la forma, pero no en la función y misión de los periodistas: informar de y con verdad. Hoy más que nunca es necesaria la protección San Francisco cuando la post-verdad -noticias falsas- amenazan de forma grave la gran y necesaria profesión del periodista.

San Francisco de Sales ideó la forma de hacer llegar a sus feligreses las noticias más importantes sirviéndose de octavillas y pasquines que el mismo escribía, maquetaba y distribuía por los noches entre sus fieles católicos, quienes se desayunaban estando bien informados y formados en el dogma y moral católicos, con los que podían defenderse de la invectivas de los hugonotes calvinistas.

San Francisco de Sales es un teólogo profundo y sistemático, extraordinario orador y brillantísimo escritor con tratados tan relevantes que tiene títulos en griego muy sugestivos como: Filotea (Introducción a la vida devota) y el Teótimo (Tratado del amor de Dios).

Cuarenta años después de su muerte aparecía en Europa el primer periódico, siguiendo el esquema básico ideado por San Francisco. Este diario en su cabecera era La Gazzeta. La Iglesia Católica había inventado el periodismo, como había conformado las universidades tal como hoy las conocemos. Son muchos los periodistas que se han formado en el periodismo católico y/o se han iniciado en los periódicos de la Iglesia Católica.

Escrito por: Fidel García Martínez