Un total de 475 cántabros compondrán la peregrinación anual de la Hospitalidad Diocesana a de Ntra. Sra. de Lourdes que mañana, lunes 2 de abril (Lunes de Pascua), partirá a las 7,30 horas de la mañana, de la Estación de autobuses de Santander con destino al Santuario francés, para regresar el 6 de abril

En esta ocasión, se cumplen 48 años de esta peregrinación anual, y entre los viajeros se encontrará, como es tradicional, el obispo de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge.

Del total de los 475 peregrinos, 105 serán enfermos; otros 150 miembros hospitalarios y personal sanitario, (voluntarios), y el resto (220) serán peregrinos de muy diversa condición y edad, aunque en estos últimos años están acudiendo muchos jóvenes, explicó Javier Almagro, Delegado Diocesano de la Hospitalidad de Lourdes.

Los peregrinos se trasladarán al santuario de Lourdes en 11 autobuses, algunos de los cuales están preparados para transportar enfermos y discapacitados, ya que muchos tienen dificultad en moverse y reciben tratamiento diario médico. Por este motivo, también es tradicional que entre los peregrinos se encuentren médicos y enfermeras.

Igualmente, viajarán las tradicionales “Damas” y “Camilleros”  (voluntarios) que forman parte permanente de la hospitalidad diocesana de Lourdes, que a lo largo del año, también realizan otras actividades, como convivencias y visitas a enfermos.

Semanas antes de la peregrinación, miembros de la Hospitalidad acuden vestidos con sus atuendos a las puertas de las parroquias para solicitar ayuda económica de los fieles con el fin de sufragar el viaje a enfermos y personas necesitadas que no pueden costearse el viaje por falta de recursos. Para para muchos peregrinos, “ésta es la única salida al exterior que realizan en todo el año”.

Con estas ayudas, también se pagan los materiales perecederos necesarios que se llevan en la peregrinación, que este año cumple su 48 edición.

 

Días de convivencia fraternal

El objetivo de la peregrinación es también el de facilitar a muchos enfermos cántabros unos días de convivencia espiritual  y fraternal en el Santuario de Lourdes, para lo cual los miembros de la Hospitalidad les dispensan todo tipo de cuidados.

Las Damas y Camilleros de la Hospitalidad prestan “un valioso servicio” a los enfermos durante esos días. Ellos se hacen cargo de los cuidados de cada doliente y se responsabilizan de que cada tratamiento médico se cumpla como de costumbre.

Igualmente, se encargan de las comidas, aseo, camas, transporte de sillas de ruedas o camillas. Además, estos días, también sirven de descanso para los familiares de los enfermos. “Pero nuestro trabajo -precisa una de las damas de la Hospitalidad- no consiste sólo en atender a estas personas; nosotros les escuchamos, oímos sus inquietudes, compartimos nuestro tiempo, y esto les beneficia mucho”.

La Hospitalidad también atiende a impedidos, tetraplégicos e incluso a los sometidos a tratamientos de diálisis. Además en el grupo acuden, asimismo, médicos, enfermeros y hasta una ambulancia. Todos los detalles están cuidados.

Una grata experiencia

Esta experiencia positiva y la convivencia con los miembros de la Hospitalidad, es la que anima a muchos enfermos a regresar después al Santuario todos los años. “Ellos vienen reconfortados -precisa un miembro de la Hospitalidad-; además en Lourdes contemplan a otros enfermos del mundo, muchos de los cuales padecen una grave dolencia y esto les hace recapacitar; aquí se vive la universalidad de la Iglesia católica”.

GABINETE DE PRENSA
Santander, 1- Marzo- 2018