El día martes 16 de Julio se celebra la festividad de la Virgen del Carmen, Patrona del mar y de las Fuerzas Armadas Española.

Se trata de una fiesta local y entrañablemente popular que se celebra en muchos lugares.  Es una fecha muy significativa para las gentes de la mar, que honran a la Virgen del Carmen como a la “Estrella de los mares”.

La palabra Carmen proviene de Carmelo. Alude al Monte Carmelo, situado en Haifa (al norte de Israel) en la zona de Galilea.

Según cuenta la historia, un grupo de religiosos de Tierra Santa se instaló en el Monte Carmelo y construyó la primera iglesia dedicada a Santa María del Monte Carmelo.

Estos religiosos fueron el origen de la Orden de los Carmelitas y su devoción por la Virgen permitió el nacimiento del culto a Nuestra Señora del Carmen.

Cuenta la leyenda que se celebra el 16 de Julio porque Simón Stock, superior de la orden, le pidió a la Virgen del Carmen una señal de su protección.

Un 16 de julio la Virgen se le apareció con un escapulario y le dijo: «Esta es la señal de protección que te traigo. Todo aquel que muera llevando este santo escapulario, no verá las llamas del infierno».

Y desde entonces ese día se rinde homenaje a la Virgen del Carmen.

El mar no es solo lugar de vacaciones y descanso, sino, sobre todo, es el escenario cotidiano de muchas personas que viven de él: marinos, pescadores que en él faenan, se afanan, se arriesgan, luchan.

Ese inmenso azul supone una forma de vida, ardua y difícil, para muchos pueblos de nuestro litoral.

Las gentes de mar se encomiendan a la Virgen del Carmen para que la pesca sea buena, para que el tiempo sea claro, para superar los peligros. Esta gente de mar, agradecida y devota, rinde culto a su Patrona, portando su imagen en una procesión, una romería marítima, como manda la tradición marinera.

Amanece el día 16 de julio oliendo a brisa, a salitre, a flores, a devoción y gratitud, a alegría. La imagen de la Virgen es llevada por porteadores que se van metiendo descalzos en las aguas, cantando la Salve marinera.

Levantan la imagen y la suben a un barco. La Virgen del Carmen continúa en procesión por el mar, cientos de barcos engalanados para la ocasión y repletos de marineros vienen a recibirla haciendo sonar sus sirenas.

De vuelta a puerto la imagen sigue paseándose entre su gente.

En este ambiente de alegría y festividad los fuegos artificiales acompañan a la Virgen.

La belleza y el colorido de la fiesta, la procesión de la imagen, el canto de la Salve y la alegría que todo lo inunda, es la expresión de la fe, religiosidad y cultura de nuestras gentes.

Y antes que todo esto suceda, mientras llega ese gran día, hemos preparado un espacio destacado para Nuestra Señora en la Librería de nuestra diócesis, la Librería de Pastoral.