CONSTRUCTORES DE LA PAZ Y DE LA RECONCILIACIÓN
Jornada por Tierra Santa 2017

Queridos diocesanos:

Los cristianos en Tierra Santa, aunque poco numerosos, son custodios y portadores de la Buena Nueva del amor de Dios por los hombres. El amor que se reveló en la persona de Jesucristo precisamente en Tierra Santa. Esta Palabra de salvación resuena con particular eficacia en los lugares en los que fue escuchada por vez primera y consignada por escrito. Ella es la única Palabra capaz de romper el círculo vicioso de la venganza, del odio, de la violencia. Solamente de un corazón purificado, en paz con Dios y con el prójimo, pueden nacer propósitos e iniciativas de paz.

Los cristianos, ciudadanos de pleno derecho, estamos llamados en todo lugar a ser constructores de paz y apóstoles de reconciliación con el espíritu de las bienaventuranzas. Nunca debemos resignarnos a la falta de paz. La paz es posible. La paz es urgente. La paz es la condición indispensable para una vida digna de la persona humana y de la sociedad. La paz es también el mejor remedio para evitar la emigración de Oriente Medio. “Invocad la paz sobre Jerusalén”, nos dice el Salmo (122, 6). Oremos por la paz en Tierra Santa y en Oriente Medio, esforzándonos para que este don de Dios ofrecido a los hombres de buena voluntad se difunda por el mundo entero.

Vivir hoy la fe cristiana en Medio Oriente no es nada fácil. Especialmente en Irak, en Siria y en Egipto, donde las comunidades cristianas han experimentado el ecumenismo de la sangre. Y donde cada fiel cristiano ha de luchar todos los días contra la tentación de abandonar la propia tierra y la propia fe. Hemos de sostener a estos hermanos nuestros que viven el misterio de Cristo, el Crucificado que ha resucitado, en los lugares de la Redención. La pequeña comunidad cristiana en Oriente Medio necesita nuestro apoyo y la cercanía de toda la Iglesia. Rezando por ellos y prestándoles la ayuda económica que tanto necesitan.

Nuestra solicitad ha permitido mantener los Lugares santos y las comunidades que se reúnen en ellos. Estas comunidades son las que ofrecen las primeras ayudas en tiempo de catástrofes o guerras. Y con una cualificada red pastoral, escolar y sanitaria atienden a las familias, los ancianos, los enfermos y discapacitados, los que nos tienen trabajo y los jóvenes que buscan futuro. Vivamos la caridad eclesial a favor de los cristianos de Tierra Santa. Unámonos al Papa este Viernes Santo una vez más y respondamos con generosidad en la colecta a favor de estas Iglesias hermanas que viven en las tierras de Jesucristo.

+Manuel Sánchez Monge,
Obispo de Santander