Un día de mayo de 1950, hace ya 67 años, nacía la Europa Comunitaria. Una Europa que con el tiempo se ha ido haciendo más grande, tanto en logros como en retos.
Y nosotros, los niños y jóvenes del siglo XXI somos ciudadanos europeos. Hemos nacido y crecido en Europa. Una Europa que se ha construido con el esfuerzo de todos. Una Europa que queremos que sea referencia y modelo de vida, de valores, de sueños y de esperanzas. Una Europa de todos y para todos. Una Europa donde no existan fronteras, donde se pueda caminar con tranquilidad, donde lo importante sea el hombre y todo lo que le ayude a vivir. Una Europa que no mire para otro lado cuando surjan los problemas, y que no levante muros y fronteras que alejen a todos aquellos que llegan a ella.

Nosotros aún no sabemos mucho de leyes, reglamentos europeos e internacionales, normativas, poderes, intereses… Eso aún nos queda grande.

Pero sí sabemos de derechos, de igualdad, de acogida, de perdón, de solidaridad, de compromiso… Lo sabemos porque lo vivimos, en una medida o en otra, en nuestros centros educativos y también en nuestras familias.

Por eso, hoy, nosotros, orgullosos de ser europeos y conscientes del compromiso que supone serlo, queremos decir a nuestros dirigentes y responsables que:

Queremos una Europa que apueste por el amor como la fuerza capaz de cambiar nuestro mundo.
Queremos una Europa donde podamos sonreír. Donde los niños sean felices, donde la sonrisa brote espontánea en nuestra vida, donde la risa sea más fuerte que el llanto.
Queremos una Europa donde se respeten las diferencias. Donde las diferencias no nos separen, sino que nos hagan más fuertes y nos lleven a la unidad.
Una Europa que sea casa, hogar. Un lugar de encuentro, de acogida. Una casa con puertas y ventanas grandes y abiertas. Donde cada uno pueda sentirse bien, a gusto, cómodo, tranquilo. Donde seamos nosotros mismos, donde aprendamos a vivir, a compartir y a esperar.
Queremos una Europa que no olvide su pasado y que no mire para otro lado cuando hombres y mujeres se acerquen a ella y soliciten su ayuda y su apoyo.
Una Europa donde lo importante sea la persona. Por encima de ideologías, razas, credos, dinero y poder. Donde aprendamos a descubrir la grandeza de cada hombre y mujer. Donde en el camino de la vida acojamos las diferentes etapas de la misma con responsabilidad y compromiso. Donde cada uno reciba lo necesario para vivir. Donde el valor de la vida esté por encima de cualquier otro valor. Donde todo hombre y mujer se sienta seguro, acogido, querido y respetado por el simple hecho de ser PERSONA.

Esto pedimos y queremos. Una Europa que es nuestra Europa, en la que hemos nacido y crecido, una Europa a la que queremos y de la que nos queremos sentir orgullosos de pertenecer, una Europa que deseamos que camine firme y segura por estos difíciles años que le ha tocado vivir.