Participantes del coloquio moderado por el ponente Xosé Manuel Domíngez Prieto junto a la Delegada de Enseñanza, Hna. Mª Concepción Castro Barbero

 

A media tarde arrancaba la primera edición del Congreso de Educadores Cristianos que ha convocado a más de 200 personas ‒entre inscritos, voluntarios, ponentes e invitados‒ preocupados redescubrir la educación como una vocación vital.

Una tarde de viernes no se presenta como el mejor momento para que educadores, venidos de toda la comunidad autónoma, se junten para seguir trabajando. Sin embargo, lo vivido en esta tarde, ha sorprendido y desbaratado las expectativas con las que muchos se han acercado a la Sala Pedrueca, de la Fundación Botín, donde se está desarrollando este congreso que terminará mañana.

 

 

 

 

 

 

 

La tarde ha transcurrido con un ritmo que por momentos ganaba en intensidad. Así, el momento más profundo, tras la oración, la presentación y la intervención de los distintos organizadores e invitados, ha consistido en el coloquio con el ponente Xosé Manuel Domínguez Prieto, en que han participado educadores de distintos ámbitos: de la escuela pública, de la concertada, profesores de religión y de otras materias, pero que todos tenían en común la vivencia de la fe. Educadores cristianos, a los que el ponente ha invitado a preguntarse por sus herramientas para mantener la ilusión en un “trabajo” que tantas veces se presenta estresante; a poner palabras al cómo la fe matiza su modo de desempeñar su profesión como una misión. El momento más emotivo ha sido cuando ha pedido, a los integrantes de la mesa-coloquio, que recordasen a un educador concreto que hubiese marcado sus vidas. Ahí se ha podido ver cómo hay personas que, poniendo el ejemplo del Domínguez, “son como la sexta cuerda de la guitarra”: hacen vibrar al resto al vibrar.

Tras el descanso y café, continuó la ponencia de Domínguez sobre la identidad del educador cristianos, dónde ha desengranado su característica principal: haber tenido “experiencia viva de Cristo”. Se terminó la jornada con un encuentro lúdico-festivo que estuvo amenizado por el cantautor cristiano Migueli, que ha puesto el broche de oro a una jornada que no ha dejado a nadie indiferente.