Este fin de semana se celebra en la Diócesis de Santander el Día del Seminario, una jornada “en la que se invita” a “valorar a nuestros seminaristas” y a rezar para que surjan nuevas vocaciones al sacerdocio.

En el Seminario Diocesano de Corbán, este año se preparan cuatro jóvenes a los que hay que añadir tres más que se integran en el Seminario Menor en Familia, que este año, como novedad, se ha reabierto para niños mayores de 12 años que muestran indicios de una vocación.

La Jornada del Seminario se celebra todos los años en torno a la fiesta de San José, por lo que las colectas fraternales de las misas de este fin de semana se destinarán para sostener el Seminario de Corbán. El lema para esta ocasión es: “Padre y Hermano como San José, figura como modelo para los Sacerdotes”.

Pero el rector del seminario cántabro, Prudencio Cabrero Gómez, a pedido “sobre todo” que se rece “por nuestros seminaristas” y para que surjan vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.

Cabrero Gómez dijo que las familias “no deben de tener miedo o reparos” si un hijo muestra su deseo de ir al seminario porque siente la llamada de una vocación”. “No se pierde a un hijo; al contrario, se le gana cuando los padres ven que su hijo es feliz y se siente realizado ejerciendo su labor sacerdotal”, subrayó el rector del seminario cántabro.

El responsable del seminario cántabro dijo que hoy día el perfil de un seminarista pasa por estar “bien preparado intelectualmente y en su faceta espiritual”. Deben de dar “testimonio de sus vidas” como pastores de la Iglesia. Para el sacerdote actual es necesario “acoger, acompañar; ser un pastor que escucha y que no tiene tiempo para su dedicación”

Su misión también pasa por estar al lado de los que sufren, de los enfermos, del que acude a Cáritas en busca de ayuda; “en definitiva, de ser padre”, destacó

Igualmente pidió a las familias que si un hijo o una hija muestra su vocación, “se les acompañe en este proceso y que “no tengan miedo”, porque no se pierde a su hijo; al contrario, se le gana cuando se “le ve feliz cuando ejerce su misión”, puntualizó.

Además dijo que un sacerdote o una religiosa se sienten realizados cuando son enviados en nombre de Jesucristo a realizar una misión. “Cuando estás con un enfermo, con el necesitado, con los jóvenes, con los novios que se quieren casar, con los niños en la catequesis o cuando estás cerca de los familiares en la celebración de los difuntos se descubre el valor de la vocación”.

Por otro lado, dijo que debe de ser un motivo de “gozo y de alegría para una familia” si algún niño o niña muestran indicios de una vocación. Por ello hizo un llamamiento a los sacerdotes, religiosas, miembros de vida consagrada y a las comunidades parroquiales a que promuevan, acojan y acompañen a las nuevas vocaciones para “ayudarles en su discernimiento”.

Llamamiento a los laicos

Prudencio Cabrero también hizo “un llamamiento a los laicos” porque como bautizados que son tienen también una misión dentro de la iglesia porque hay muchas actividades en las que pueden colaborar.

El nuevo rector del seminario dijo que una de sus acciones ha sido mantener “abiertas” las verjas del seminario, porque debe de ser conocido para quien quiera visitarlo. Cualquier persona que lo solicite, puede visitar “nuestro seminario porque el rector estará disponible para enseñárselo y mostrar las vida de los seminaristas que aquí se forman”, precisó.

El seminario es un lugar donde se forma y acompaña a todos los seminaristas; hay momentos de oración, de estudio, de vivencia comunitaria, pero también hay espacio para vivir momentos de matiz festivo y alegre, destacó Prudencio Cabrero.