El obispo de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge y la directora de Cáritas Diocesana de Santander, han presentado la Campaña del Gesto de Cuaresma Ayuna y Comparte de este año, iniciativa diocesana que nació en 1997.

Esta campaña, anualmente, invita a que las familias, fruto de privaciones voluntarias, destinen el dinero de esas privaciones para apoyar proyectos de desarrollo en países del Tercer Mundo, liderados por misioneros, algunos de ellos nacidos en Cantabria. También se pide para ayudar a la Casa Hogar Belén de Cáritas.

Este año, como novedad, de los seis proyectos que se busca financiar en la campaña de este año, hay uno nuevo denominado fondo de emergencia COVID.

Con este fondo se apoyarán a las cáritas hermanas en función de las necesidades que vayan surgiendo por la dureza de la pandemia en los países empobrecidos y si se diera el caso en la propia diócesis de Santander.

Durante la Cuaresma se podrá donar dinero por varios medios, entre ellos el BIZUM (código 01732). También se podrá visitar la página web de Cáritas Diocesana de Santander o entregar el dinero para esta campaña en las parroquias. Igualmente hay cuentas abiertas para este fin en el Banco de Santander y en Liberbank.

En su intervención el obispo dijo que el gesto diocesano de Cáritas sirve para ayudar a proyectos en países empobrecidos, cometido que también tiene Manos Unidas. Recordó que este gesto es un instrumento muy apropiado para aquello “que se vive en Cuaresma, que es un período de conversión, de oración, de ayuno y de limosna”.

Esta campaña nació en 1997 siendo obispo Mons. José Vilaplana y en estos últimos años se está realizando un esfuerzo para que “se tome con nuevas ganas, con nuevo impulso y por ello se han hecho modificaciones de las estructura de la campaña para que sean adaptadas al hombre y a la mujer de hoy”, apostilló el obispo de Santander.

Cinco proyectos

Por su parte, la directora de Cáritas diocesana de Santander dio a conocer que este año se busca financiar dos proyectos en África, dos en América y otro más en nuestra Diócesis que es el de apoyar el Hogar Belén de Santander de Cáritas. Algunos de estos proyectos dan continuidad a una primera fase que ya se realizó el pasado año, aunque con muchas dificultades por las trabas del COVID.

Igualmente precisó que lo ideal sería recaudar este año entre 60.000 y 70.000 euros para sacar adelante los cinco proyectos, uno de ellos el del Hogar Belén de Santander, para los que no se obtuvo financiación suficiente el año pasado por la pandemia pero que, dada su urgencia, se han puesto en marcha sin contar con todos los recursos necesarios.

Estos cinco proyectos, dos de ellos en África y otros dos en América, además del Hogar Belén, estaban incluidos en los 13 propuestos en 2020 por Cáritas para su desarrollo en el tercer mundo y liderados por misioneros, algunos nacidos en Cantabria. La crisis sanitaria redujo la recaudación y con los 41.394 euros que se recogieron en la cuaresma del año pasado se financiaron ocho, de menor cuantía, a saber cinco en América y dos en África.

Ahora se busca financiación para los otros cinco, cuyas actuaciones, que eran urgentes, ya han comenzado en algunos casos, pero que se encuentran pendientes de pago.

África y América

En África se precisa financiación para el proyecto de dispensario y centro de promoción en Nairobi (Kenia), ubicado junto a una cárcel y que pretende rehabilitar a niños y jóvenes con problemas graves. Aquí se encuentra la hermana María Pilar que es de Bostronizo (Cantabria) y prima de una voluntaria de Cáritas de Santander.

Aquí es habitual la violencia y el robo y hay un centro de orientación para niñas y jóvenes con problemas “muy serios” y esta congregación de religiosas participan en la rehabilitación y formación para ellas. Pero lo que más se necesita aquí es conseguir un servicio de salud, ya que no existe ninguno, como tampoco hay pozos de agua.

El segundo proyecto de África es el de apoyo a servicios de cuidados de salud mental en Kinshasa (Congo), que atiende a 30.000 pacientes en un país donde se abandona a este tipo de enfermos, y que necesita con urgencia camas, colchones y material para centros de salud.

En este lugar se halla la religiosa Ángela Vicente. En El Congo los enfermos mentales son abandonados en la calle por que creen que son víctimas de un hechizo o brujería.

En América, el proyecto denominado de “Atención sanitaria infantil y de la promoción de la salud escolar y familiar», radicado en Managua (Nicaragua), está destinado a atender a 250 familias en un barrio creado a raíz del huracán Match. Este barrio es uno de los más marginales y problemáticos, donde no hay agua, alumbrado o alcantarillado. Aquí se trabaja en la promoción de la salud y la higiene básica y allí se encuentra la hermana Mercedes Redondo, de la congregación de la Compañía de María.

En América también se buscarán fondos en esta campaña del gesto diocesano de Cuaresma para el proyecto “Casita del saber para niños de la calle”, ubicado en Sucre (Bolivia), que se dirige a 223 niños de diez a 18 años que viven en situación de violencia o abandono, y de explotación laboral. Al frente de este lugar se encuentra el sacerdote y misionero cántabro, Pedro Rentaría.

Hogar Belén

Como en años anteriores la Campaña Diocesana del Gesto de Cuaresma respalda al Hogar Belén de Santander, en la calle Eduardo del Río 8.

Su construcción fue inicialmente para acoger enfermos del SIDA, sobre todo a los más marginados y evitar así que murieran solos y en la calle.

Hoy es una casa de acogida de personas con enfermedades crónicas en un estado avanzado y que no tienen la posibilidad de ser atendidas en otras instituciones. Aquí trabajan las religiosas de la congregación de la Caridad de Santa Ana, que ofrecen a los enfermos una atención integral, tanto médica como personal. En este centro también se motiva a los internos para su recuperación y lograr así su integración social.
Durante el confinamiento y pandemia del COVID- estas religiosas “han tenido un comportamiento ejemplar”, precisó emocionada la presidenta de Cáritas, Sonsoles López.

Por su parte el obispo recordó que todos los proyectos están liderados por misioneros y misioneras, lo que asegura que el dinero que se entrega “llegue a donde tenga que llegar” y se emplee para el fin previsto.