Esta tarde ha tenido lugar en la parroquia de San Miguel y Santa Gema –de la calle Nicolás Salmerón, en la Unidad Pastoral Castilla-Hermida– la celebración del 120º aniversario de la Archicofradía de la Pasión. Un acontecimiento que ha contado con la cercanía de muchos devotos, que abarrotaban el templo, de las imágenes que procesionan durante la Semana Santa y que están todo el año para su culto en la parroquia.
No ha querido perderse este aniversario el obispo emérito de Palencia, D. Manuel Herrero, que en su última etapa de Vicario General en nuestra diócesis, fue párroco del Barrio Pesquero, la parroquia vecina. Además de él, también el arzobispo emérito de Madrid, D. Carlos Osoro, que ha sido el encargado de presidir la Eucaristía de esta tarde, acompañado también por nuestro obispo, D. Arturo Ros. No ha dejado la ocasión para recordar que «bien le viene al pájaro volver al primer nido», agradeciendo la oportunidad de estar en la tierruca.
En su homilía, D. Carlos, tomando base en las lecturas ha descubierto una senda de transfiguración para la humanidad, desde el triunfo de Cristo sobre la muerte. Algo que parece que mucho de lo que realizan los cofrades puede verse reflejado.
Así, podría entender el valor de la obra social de Santa Gema, cómo desde la cofradía se presta ayuda para colaborar en la cabalgata cada año, se visitan niños enfermos, ancianos en residencias, o repartiendo comida a los sin techo. Así el cardenal terminó agradeciendoles su labor por atender al Cristo y a la Virgen de la Amargura en quienes también los encarnan en sus necesidades o desconsuelos.
También nuestro Obispo, D. Arturo, ha agradecido el servicio y la entrega de la cofradía y la presencia de D. Carlos en Santander.