Esta mañana se ha desarrollado en nuestro Seminario de Corbán la reunión de animadores, sacerdotes y todos los que han querido acercarse a la presentación de los materiales para el trabajo de la última sesión diocesana del Sínodo de la Sinodalidad.
Nuestro Obispo, D. Arturo, ha invitado a poner ánimo en este trabajo sinodal que nos queda –a partir de la primera sesión romana del pasado octubre– y aportar nuestras ideas e iniciativas que se contendrán en la síntesis que se presentará el próximo abril. «No perdamos la ilusion […] Tened la conciencia de que toda la Iglesia universal camina, hace el sínodo, caminos juntos por el presente y el futuro. Y merece la pena hacerlo porque tenemos qué decir.»
Es algo que debería hacer pensar a los agoreros que parecen ver un fin anticipado de la fe, como reducto del pasado. A cambiar esta clave nos ayuda también D. Arturo al recordarnos algo tan sabido: «El tiempo va pasando y nosotros también. Pero la Iglesia permanece… para siempre.»
Los papeles y la guía que se ha hecho para el trabajo en grupo, «lo que nos ayuda a hacer el recorrido y sin salirnos del guión» para no terminar hablando de los temas de siempre. Por esto, también ha pedido que todos nos ayudemos en ese Reino de Dios que tiene todavía que seguir construyéndose entre nosotros –que somos albañiles, trabajadores, operarios–, en la Iglesia.
La delegada de Apostolado Seglar, Dª. Carmen González Fernández recordaba la pregunta que está en la meta: «¿Cómo ser una Iglesia sinodal en misión?». Para cuyo discernimiento se mantendrá la misma dinámica de trabajo, el trabajo sinodal que ha ido dando frutos y que debe permanecer como instrumento de trabajo.
Ha recordado todos los hitos que se han ido dando desde finales de 2021, en un proceso que ha ido teniendo sus hitos. Hoy se retoma el trabajo que, en algunos grupos no se puso en pausa, sino que han continuado funcionando como respuesta al compromiso cristiano.