CELEBRACIÓN DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (13 de mayo)

310

Santa Teresa, en su poema, nos enseña a descubrir la presencia de Jesús en medio del mundo, en sus criaturas donde el reposa, se hace presente.

Si estáis, Amado mío, en las alturas, / dadme alas donde suba adonde estáis.

Si moráis en las almas que son puras, / ¿por qué esta pobre alma no apuráis?

Si tenéis aposento en las criaturas / mostradme en cuáles de ellas reposáis,

do está vuestro aposento, amor suave,/porque sin Vos el mundo no me sabe.

      (Poesía 32)

 

 Escuchar y acoger la Palabra

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo Jesús: Id al mundo entero y proclamad  el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista  a creer, será condenado. A los que crean, los acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán  serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y quedarán sanos. Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y  el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban. (Mc 16, 15-20)

►  Iluminar la Palabra

El Señor Jesús subió al cielo… Y ahora ¿qué hacemos? ¿No sería ésta la pregunta que se harían los discípulos cuando vieron a Jesús desaparecer de su presencia? Habían sido muchos días a su lado; muchos días en los que Jesús había tomado decisiones y acompasaba sus experiencias y sus dudas… ahora toca seguir caminando en su ausencia. Ahora Jesús ya no está físicamente presente a su lado… y ahora, toca seguir caminando. Es verdad que les había dicho: “Conviene que yo me vaya… para que recibáis el Espíritu Santo”. Y también es cierto que les había hecho una promesa en el momento de la despedida: Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

Llega la hora de enfrentarse a las propias responsabilidades y vencer el miedo a la libertad, de pasar de ser discípulos de un maestro a ser apóstoles al servicio de una misión: Id al  mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El evangelio no ha de quedar en el interior del pequeño grupo de sus discípulos. Han de salir… para alcanzar el mundo entero y llevar la Buena Noticia a todas las gentes, a toda la creación.

Porque ahora toca seguir caminando y mostrar una iglesia de puertas abiertas.

Orar y contemplar la Palabra

Y ahora…

Toca seguir caminando,

más allá de la sombra y la duda,

más allá de la muerte y el miedo,

bebiendo palabras prestadas,

confiando en las fuerzas ajenas

si acaso las propias se gastan.

Toca seguir caminando,

acoger al peregrino,

relatar tu historia,

escuchar la suya

aliviar tristezas,

Compartir mesa y vida.

Toca seguir caminando

con los ojos abiertos,

para descubrir al Dios vivo

que nos sale al encuentro

hecho amigo, pan y palabra.

En marcha pues…