LA CAMPAÑA CONTRA EL HAMBRE EN EL AÑO DE LA MISERICORDIA

Queridos diocesanos:

Durante este año 2016 iniciamos la Campaña de Manos Unidas que tiene como lema: “Plántale cara al hambre”. Pretende recordarnos lo que s. Juan Pablo II denominaba “paradoja de la abundancia”: hay comida para todos, pero no todos pueden comer. Acabar con el hambre es un paso decisivo a la hora de promover un mundo cada vez más justo.

En este Año Jubilar nos recuerda el papa Francisco: “No caigamos en la indiferencia que humilla, en hacer lo de siempre que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio” (Misericordiae vultus, 15)

        También desea el Papa que se reflexione y se pongan en práctica las obras de misericordia tanto materiales como espirituales y no podemos olvidar que entre ellas figura “dar de comer al hambriento”: “Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante este jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son privilegiados de la misericordia divina” (MV 15)

            Manos Unidas trabaja para erradicar el hambre y el subdesarrollo en el mundo financiando proyectos para favorecer el acceso a la tierra, al agua, a las semillas, a las nuevas tecnologías y a los mercados, mejorando las capacidades de los pequeños agricultores, facilitando la creación de cooperativas, exigiendo la responsabilidad de los Estados para garantizar los derechos humanos, específicamente el derecho a la alimentación, etc… Felicito por su trabajo a la Delegación de nuestra diócesis de Santander y les animo a continuar en la tarea.

            Pidamos al Señor manos unidas para la oración y la entrega, para sembrar el Evangelio de la vida, la esperanza y la paz. Manos unidas partiendo el pan con todos, manos abiertas para estrechar al mundo entero. Siempre más manos y cada vez más unidas.

Con mi afecto y bendición,

+ Manuel Sánchez Monge
Obispo de Santander

 

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