Un nuevo sacerdote para el servicio de nuestra Iglesia Diocesana. Paulino Mier Suárez, torrelaveguense de 45 años, hoy ha culminado la etapa que comenzó hace 6 años cuando entró en el Seminario.

Es un proceso largo, el del Seminario, en que el candidato ha de estar en una disposición de apertura para dejar que los formadores, que son instrumentos de Dios para modelar la imagen del Buen Pastor, puedan conocer en todas y cada una de las diferentes dimensiones, a quien entra por la puerta con la mejor de las intenciones, para que salga por ella convencido de su misión o con un cambio de rumbo necesario.

Por eso celebrar una ordenación presbiteral siempre es una alegría para la iglesia diocesana que, sin prisas ni forzamientos, ha aguardado a que se gestase ese corazón sacerdotal… esa imagen de Cristo impresa en el ser del neosacerdote.

En su homilía nuestro Obispo, D. Manuel, tras iluminar está celebración de la ordenación, desde las lecturas de la Palabra de Dios, invitó al ordenando a ser un «hombre de oración diaria, prolongada y gratuita». Desde el convencimiento de que «solo Cristo te ayudará a llevar adelante las contrariedades de cada día». Y terminó invitándole a que se fijase y aprendiese del modo de ser de la Virgen María, que: dijo en todo ocasión aquí estoy, (Hágase en mí según tu palabra) estando cerca de los hermanos, desde un servicio desinteresado y descubriendo las necesidades de los hombres, sin abandonarlos en los momentos más duros. «Y, sobre todo, acompaña a los hombres de hoy para que reciban el don del Espíritu Santo».