El pasado fin de semana el Lignum Crucis peregrinó de modo extraordinario a las Diócesis de León y Astorga. Nuestro Obispo, D. Arturo, participó con solemnidad junto al sacerdote lebaniego y arcipreste, D. Elías Hoyal, y la generosa comitiva que acompañaba el traslado.

Una tradición que se retomó cuando, en el pasado año santo del 2017-2018, a propuesta del arcipreste, pudiese ser trasladada para su adoración a las Diócesis de León y Astorga, una vez cerrada la puerta del perdón.

Este año se pudo renovar esta tradición añadiendo además otra estación, en su camino de regreso, más significativa: un alto en el camino que rememoró, en la memoria viva de los habitantes de San Justo de la Vega, la entrada que hace 51 años hiciese por este pueblo leonés.

En 1973 esta parroquia, que tiene como co-titular a santo Toribio, y que es límite entre Diócesis, celebró la entrega de la santa reliquia de manos del entonces obispo de Santander, D. Juan Antonio del Val, en la visita que hiciese a la Asturicense. Allí se conserva un crucero muy antiguo que recuerda la historia y tradición de que en ese lugar se sacudiese el polvo de las sandalias santo Toribio al tener que huir, por una contienda que tuvo con los priscilianistas, lo que le hizo abandonar la diócesis de la que era obispo, siendo acogido en el entorno de Lyon. El camino de éxodo y de retorno de santo Toribio sería el mismo que siglos más tarde tomaran los cristianos que huyan de la invasión musulmana, llevando las reliquias del santo obispo y del Lignum Crucis hasta Liébana.

La mañana del sábado en la Catedral del León, recordando que Liébana perteneció a esa diócesis en el pasado, fue la primera estacion de este particular «via crucis». La segunda, ya por la tarde en la Catedral de Astorga y con el traslado al Seminario, donde se celebró una vigilia y la Adoración Nocturna se encargo de velarla. Ya el Domingo se despidió de Astorga en esta ultima parroquia de los Santos Justo y Pastor y Santo Toribio, en un templo abarrotado de fieles. Quedará en el recuerdo de todos los que acompañaron al Lignum Crucis este broche, por la devoción y piedad del pueblo fiel que, más allá de la solemnidad, cuidado y ornato, con que fue recibido en sendas catedrales de León y Astorga, vinculan además la emoción y el recuerdo.

Agradecer a quienes participaron en el traslado, cofrades de Cofradía de la Santa Cruz y el GRS de la Guardia Civil de Zaragoza, a las diócesis de León y Astorga por la recepción y todo lo dispuesto para adorar el Lignum Crucis como se merece.

El Domingo la santa reliquia del Lignum Crucis regresó al monasterio de Santo Toribio de Liébana, en el municipio de Camaleño, donde el arcipreste hizo entrega a los custodios, los PP. Franciscanos, en la persona del P. Óscar Solloa. Allí seguirá la reliquia, y siguen los franciscanos custodiándola, para que pueda visitarse y adorarse.

¡Qué viva, que viva la Cruz Sacrosanta! ¡Qué viva, que viva y quien la llevó!