La fundación Proyecto Hombre en Cantabria atendió a través de sus diefrentes programas de dependencias durante el pasado año 2019, a un total de 560 personas. Esto supuso mantener contacto con 480 familias. Entre las usuarios atendidos figuraron 47 menores.

La directora de esta Fundación (CESCAN), auspiciada por la Diócesis de Santander, Eloisa Velarde Canales, destacó que 1638 personas participaron el pasado año en los programas de prevención (visitas a escuelas, fábricas, talleres, etc).

Además destacó que en estos últimos cuatro años el número de usuarios se ha incrementado en un 21 por ciento.

Durante los meses del confinamiento, Proyecto Hombre siguió trabajando con normalidad y Velarde receordó que Proyecto Hombre nació hace 28 años en Cantabria para dar respuesta a la problemática de las adiciones. Además significó que durante el confinamiento por la pandemia se ha seguido garantizando “nuestra atención para no dejar a nadie sin continuar su tratamiento”.

El centro es la persona

Respeto a la metodología de los tratamientos subrayó que intentan“dar respuestas eficaces” mediante un modelo que “atiende a la persona desde todos los aspectos de su vida”. También incidió el esfuerzo que se presta a las familias porque “a veces éstas llegan muy dañadas”.

En la memoria del pasado año se recoge que el 24 por ciento de las personas tratadas fueron mujeres y el 76 hombres. Igualmente se han hecho valoraciones psiquiátricas porque a veces las dependencias vienen acompañadas de dolencias psíquicas.

Entre los datos figura que el 29 por ciento de las personas atendidas acuden por un problema con la cocaína, un 23 por ciento por el alcohol y un 17 por ciento por adicciónes al juego. A veces el alcohol y la cocaína vienen asociadas (10%).

El perfil de las personas que vienen es muy diverso en cuanto a actividad laboral, entorno, tipología de adiciones, familia, etc. Además en el centro penitenciario de El Dueso se han atendido a 78 personas mediante cuatro programas específicos, entre ellos uno dedicado a la mujer

La duración media de un tratamiento es de una media de año y medio y una vez terminados los tratamientos, Proyecto Hombre sigue en contacto con los ususarios por un tiempo de dos años a través de un seguimiento continuado.

Respecto a la tasa de éxito del os tratamientos, la cifra es de un 17% y los procesos son complejos y requiere que la propia persona ponga “mucho esfuerzo”. En concreto en el caso del consumo del alcohol la recuperación es del 27%.

En el ámbito de los jóvenes hay un programa específico de atención a menores en situación de riesgo. En este apartado se observa un consumo de cannabis (porros), consumo y venta de sustancias, problemáticas con apuestas, mala utilización de teléfonos y vídeos, juegos online o apuestas. Este programa trabaja en combinación con las familias de los jóvenes o adolescentes atendidos.

Como balance, Eloisa Velarde dijo que muchas dependencias o problemáticas vienen asociadas a un olvido de la sociedad en el “campo psico social, en la parte emocional y mental”, como la soledad de las personas mayores, la dificultad para la reinserción laboral,  y social, el extremo empobrecimiento de la gente y de las familias”.

En este ámbito figura la mujer, que sufre de múltiples problemáticas y adicciones “y que tienen más dificultades en reconocer su dependencia porque se siente más estigmatizadas y son más remisas en pedir ayuda”.

Igualmente, Velarde recordó que en Proyecto Hombre hay cinco áreas de actuación que son el tratamiento, la prevención, la atención a las familias, las atenciones penitenciarias en El Dueso y el voluntariado. Esta última es “nuestra seña de identidad” para hacer así un proyecto más humano.

Proyecto Hombre  sigue “tendiendo puentes y “tenemos un compromiso con la sociedad” por eso trabajamos en combinación con la Administración para apostar por la recuperación de las personas, por la prevención y por la vida saludable y para crear un futuro mejor, explicó Eloisa Velarde.

Palabras del Obispo

Por su parte, el obispo de Santander dió cuenta cuenta de los resultados de la Memoria Económica de 2019 de Proyecto Hombre, entidad participada por la Diócesis de Santander, que tuvo casi 439.000 euros en gastos, de los cuales 331.000 fueron en personal y 108.000 en programas, actividades y de mantenimiento.

Mons. Sánchez destacó que había subido el número de usuarios atendidos y reclacó que Proyecto Hombre trabaja en combinación estrecha con las familias. Igualmente dijo que se habían dedicado muchos recursos a la prevención y sensibilización, área en el que se han destinado mayores recursos que en otros años.

Asimismo remachó que Proyecto Hombre “no es ningún negocio,” pero la Iglesia invierte en labores sociales como ésta, aunque los recursos destinados no sean rentables.

La impronta de la Iglesia

Mons Sánchez Monge no pasó por alto la impronta que la Iglesia otorga al Proyecto Hombre porque “para nosotros lo importante siempre es la persona; no son sólo los métodos o las estrategias, por eso acompañamos y escuchamos a los usuarios que están aquí”. Y recordó que “a todas las personas se las atiende igual, dispongan o no de recursos económicos.

El ejercicio económico se saldó casi en equilibro ya que se recibieron 439.135 euros en ingresos -casi 262.000 de instituciones públicas, 70.000 de privadas y 77.000 de socios y donaciones, a lo que se ha añadido otros ingresos extraordinarios por valor de casi 4.850 euros y 25.550 del año anterior-, lo que ha permitido cubrir las necesidades, dejando las cuentas casi en equilibrio con un pequeño excedente de unos 370 euros.

El obispo ha llamado la atención sobre la alta dependencia que hay de las instituciones públicas, a las que ha demandado un mayor apoyo, sobre todo en el caso de los ayuntamientos.

Una gran parte de las aportaciones públicas proceden del Gobierno de Cantabria, que destinó en 2019, casi 222.000 euros, seguido del Ayuntamiento de Santander, con casi 31.000.

Mons. Sánchez Monge ha lamentado que la aportación de otros ayuntamientos sumen únicamente 400 euros y ha señalado que Proyecto Hombre no solo atiende a los santanderinos.

El obispo dijo que muchas de estas aportaciones públicas llegan con retraso, lo que, por ejemplo, ha hecho que Proyecto Hombre tuviera que pedir a finales de 2019 un préstamo de 50.000 euros para hacer frente al pago de la nómina del último mes del año y de la paga extra.

Ha demandado una mayor aportación de las instituciones privadas, ya que, según apuntó, solo colaboran con Proyecto Hombre la Fundación Botín, con 34.000 euros en 2019, y el Obispado, con 36.000.

GABINETE DE PRENSA
Santander,21 octubre 2020