El día 11 de febrero nos hemos reunido en la Catedral de Santander la gran
familia de la Pastoral de la Salud y de la Hospitalidad Nuestra Señora de Lourdes
compuesta por: enfermos, familiares, voluntarios, agentes de pastoral, personal
sanitario, vida consagrada y capellanes en un ambiente de alegría y esperanza,
presididos por nuestro Obispo Don Manuel Sánchez Monge hemos celebrado la Eucaristía de nuestra fiesta en la Jornada Mundial del Enfermo.

Es el comienzo de la Campaña del Enfermo 2019 que culminara el sexto domingo de Pascua 26 de Mayo con el tema: “Voluntariado y Pastoral de la Salud” y el lema: “Gratis habéis recibido, dadlo gratis” (Mateo 10,7).

  • El acompañamiento musical ha corrido a cargo del joven y talentoso compositor
    y organista Óscar Rodríguez y al canto Luz Soler de la Hospitalidad.
  • En las lecturas hemos escuchado en el libro del Génesis el comienzo de la creación, en el Salmo recordando la figura de María hemos recordado las maravillas que el Señor hace en nuestras vidas y en el Evangelio hemos recordado como Jesús sana a los enfermos.
  • En la homilía, el Obispo nos ha recordado la preocupación y la acción sanadora de Jesús por los enfermos y ha agradecido sinceramente a los voluntarios de Pastoral de la Salud y de la Hospitalidad de Lourdes su entrega generosa a favor de los Enfermos y sus familias.
  • En las peticiones hemos tenido presentes a los enfermos, voluntarios, órdenes y congregaciones religiosas que se dedican a los enfermos.
  • En las Ofrendas se han presentado el Óleo de la Unción y las medicinas, las flores y el pañuelo junto con el Pan y el Vino.

Tras la comunión hemos rezado juntos la Oración de la Campaña del Enfermo: en
la que un enfermo agradece a los voluntarios su acercamiento y el regalo de Dios en
esos gestos:

“Estuve enfermo y me visitaste,
me llamaste por mi nombre,
y venias cada mañana sonriente a decirme:
buenos días
Fui para ti alguien; y no algo,
aceptaste con paciencia mis impaciencias,
y siempre que venias me dabas paz
Yo me encontraba con miedo, asustado;
tú me acogiste con serenidad y con cariño,
y diste la vuelta a mi almohada
para que me sintiera mejor.
Me trataste con competencia
y me diste lo que más necesitaba:
cariño, comprensión, escucha y amor.
Y con todo ello me diste a Dios.

Después de la bendición final y el canto del Ave María de Lourdes nos despedimos
para seguir viviendo en los hospitales, residencias, parroquias y domicilios la alegría del
Evangelio en la frontera existencial de la salud, sufrimiento y enfermedad.

Iñaki Mardones