Esta tarde D. Arturo ha celebrado la Misa en la residencia sacerdotal de la Bien Aparecida. Encuentro gozoso con los sacerdotes mayores con los que ha compartido luego un tiempo de conversación.

No es ni la primera ni será la última vez que visite a los sacerdotes mayores que, por serlo, son tambien sus hermanos «mayores».

Su preocupación por ellos es sincera. Ya la mostró al tomar posesión de la Diócesis, al formular una de sus primeras preguntas: «Los sacerdotes mayores, ¿están bien atendidos? ¿Tienen lo necesario?».

Para los sacerdotes siempre es causa de alegría que se les visite –y es que muchos fieles se acercan a visitar a sus pastores, un gesto hermoso que habla bien de la solicitud del pastor por su rebaño… y al revés–, y más cuando es el Obispo. Comprenden todos los asuntos que ocupan la vida y las horas del Obispo, pero estos gestos les ayudan a descubrir que D. Arturo les lleva en el corazón.

Actualmente son 20 los sacerdotes que están en Corbán, en la parte posterior del edificio del Seminario, donde radica la residencia Bien Aparecida, que cumple este curso 15 años de su apertura.

Una atención y descanso merecidos, tras gastar sus vidas al servicio de la Diócesis, en bien del pueblo fiel.